Vamos a convertir un huevo normal y corriente en un huevo
que parece de goma y es capaz de rebotar y saltar.
Materiales:
Un huevo.
Un vaso o un tarro transparente con tapa
Vinagre.
Una bandeja.
Un palillo.
Procedimiento:
Con cuidado, pon un huevo en el vaso o tarro y cubre con
vinagre.
Observa la formación de burbujas. Es la reacción química
que tiene lugar entre el vinagre y el carbonato de calcio de la cáscara del
huevo.
Espera 5 días, saca el huevo y lávalo suavemente.
La cáscara habrá desaparecido, su tamaño ha aumentado y
además es elástico.
Rompe el huevo pinchándolo con un palillo, observa y
toca. El huevo estaba envuelto en una membrana. Además de la yema y la clara,
se puede ver que hay un líquido que
huele a vinagre. Al tocar la clara notas que es más consistente y
elástica.
¿Por
qué será?
La cáscara de huevo está hecha de carbonato de calcio y
el vinagre es un ácido acético.
Como consecuencia de esta
reacción la cáscara del huevo se va deshaciendo. En el proceso observamos la
formación de burbujas de CO2. De esta forma, al cabo del tiempo el huevo queda
recubierto únicamente por su membrana. Esta membrana es muy especial, se trata
de una membrana semipermeable, que quiere decir que deja pasar únicamente
determinadas sustancias a través de sus poros, por lo que el vinagre va pasando
hacia el interior del huevo y por eso es más grande, además esta membrana es
más elástica que la cascara por eso está más blandita y rebota.
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